martes, 16 de diciembre de 2008

PILAR RIOJA Y SU ADIÓS DE LOS ESCENARIOS



Por Gabriela Palacios




“Ahora me cuesta decir que me voy a retirar, he dejado algunos bailes que llevan zapatilla y mucho ballet. Los bailarines de ballet se retiran antes de los 40 y yo ya tengo 75, ya no bailo esas danzas, pero me he ido acoplando a lo que yo puedo hacer bien”.




Hija de padres españoles y nacida en la Ciudad de Torreón, Pilar Rioja se despide definitivamente de los escenarios que fueron testigos directos del nacimiento y trayectoria de una artista, digna representante de la excelencia al arte dancístico español trasplantado a México.


Pilar Rioja es mucho más que un nombre, es una historia de pasión, fuego, y danza que a sus 50 años del inicio de esta leyenda de los tablaos, prepara su despedida anunciando su retiro. En su trayectoria se distinguen actuaciones en Estados Unidos, Canadá, México, Centro y Sudamérica, España, Bulgaria, además de 13 giras por la ex-Unión Soviética.


Desde 1973 a la fecha, hace temporadas de uno a tres meses por año en el Teatro Repertorio Español de Nueva York, alternando actuaciones con las sinfónicas de Estados Unidos y Londres, incluyendo innumerables participaciones en festivales de danza como el de Viena, Jacob’s Pillow y en distintas Óperas.


“Ahora me cuesta decir que me voy a retirar, he dejado algunos bailes que llevan zapatilla y mucho ballet. Los bailarines de ballet se retiran antes de los 40 y yo ya tengo 75, ya no bailo esas danzas, pero me he ido acoplando a lo que yo puedo hacer bien”.

Lo que Pilar Rioja desea dejar en sus seguidores es un recuerdo, una huella indeleble en su memoria. “Dicen que cuando tú recuerdas a los que se te van, entonces siguen vivos”.

“Es muy importante proyectar y que el público tenga esa comunicación contigo. Como decía Stanislavsky, hay unos hilos que no se ven, pero se sienten”. Finalmente, Pilar Rioja se despide, pero con la cabeza erguida y los zapatos de baile bien puestos.

“Los años pasan, aunque yo tengo bastante fuerza todavía”, afirma con una expresión de serena felicidad, que incluso se refleja en sus ojos.

domingo, 14 de diciembre de 2008

EL CASCANUECES: UNA HISTORIA HECHA TRADICIÓN


Por Gabriela Palacios

Desde que Piotr Tchaikovsky creó esta obra maestra, se ha representado innumerables veces alrededor del mundo; sin embargo, al paso de los años, se ha convertido en un emblema que porta orgullosamente la llegada de la Navidad.

Dirigido por Viatcheslav Gordeev, el Russian State Ballet se presentó por varias ciudades entre ellas: Pachuca, Distrito Federal, San Luis Potosí, Querétaro, Puebla, Veracruz, Morelia, Guanajuato y Aguascalientes; con un ballet clásico, serio y apegado a la tradición de "El Cascanueces", concluyendo así, la temporada 2008. La puesta contempló a 37 bailarines en escena, una fastuosa escenografía y dos toneladas de lujoso vestuario para dar vida a los personajes de esta mágica historia contada en dos actos.
"El Cascanueces" comienza con una fiesta en la víspera de la Navidad en un pequeño poblado alemán del siglo XIX, en casa de los padres de Clara. Drosselmeyer, tío de la pequeña, le obsequia un cascanueces con forma de soldado; mismo que al ser hurtado por Fritz, hermano de Clara, es roto. Drosselmeyer lo arregla y la fiesta continúa. Al terminar la celebración, Clara se duerme con su cascanueces y sueña que los juguetes del árbol de Navidad crecen y toman vida.

En su aventura, los ratones con su rey emprenden una batalla contra los soldados-juguetes y el cascanueces, mismos que casi pierden hasta que Drosselmeyer interviene y en la distracción el cascanueces aprovecha acabando con el rey ratón.
Agotado por la batalla, el cascanueces cae desvaneciéndose y reapareciendo como un apuesto príncipe quien junto a Clara, emprenden un viaje por el Reino de las Nieves donde suben en un hermoso trineo que los llevará hacia el Reino de los Dulces.
Ahí son recibidos por el Hada de Azúcar, su caballero y el resto de los dulces. El cascanueces cuenta a todos su odisea bélica contra el rey ratón. El Hada de Azúcar organiza una fiesta en honor a los invitados y al final todo se esfuma; al despertar, se encuantra con su cascanueces de madera ya reparado y muy alegre por su maravillosa aventura.

lunes, 1 de diciembre de 2008

MADONNA: 15 AÑOS DESPUÉS MAS PEGAJOSA Y DULCE QUE NUNCA…

Por Gabriela Palacios

En noviembre del 2008 la Ciudad de México y un poco más de cien mil personas fueron testigos directos de lo que aún puede hacer con nosotros “La Reina del Pop”. A sus 50 años y una condición física envidiable, Madonna dejó muy en claro que aún hay pop para rato.

Dos conciertos fueron la concesión otorgada por suerte divina, para disfrutar la gira "Sticky & Sweet Tour"; perteneciente a su más reciente material “Candy Shop”, misma rompió records de audiencia colocando a la capital mexicana entre los 16 países a nivel mundial que agotaron el tiraje total de ambas presentaciones. Como dato adicional, el “Sticky & Sweet Tour” recaudó más de 187 millones de dólares
Después de 15 años y con un sonido hip-hopero, Madonna volvió a pisar aquel recinto que inauguraría en su mítica visita en el año 1993 conocido actualmente como el Foro Sol. Los boletos, de exorbitante costo, valieron la pena cotizándose en taquilla más de 3,500 pesos en zona platino y en la ya conocida reventa hasta 10,000 pesos.

Pimp fue la primera de las 4 etapas del concierto. Tras la actuación del DJ británico Paul Oakenfold, cerca de las 21:30 horas, las dos “M” que escoltaban el escenario se encendieron, desbordando a los presentes. Como la diva de Michigan lo tenía planeado, "Candy Shop" dio inicio prolongándose hasta que llegó "Give It 2 Me", la canción con la que después de dar un repaso por algunos de sus grandes temas, simplemente se despidió. El "tic tac" que adereza "4 Minutes”, presente en todo el concierto, se enlazó a continuación con "Vogue" y está a su vez con "Die Another Day", coreografiada por un ring improvisado ubicado en el centro del escenario.

La Segunda Etapa, Old School con un performance de cinco de sus bailarinas vestidas según las diferentes etapas que la cantante ha tenido a lo largo de su carrera, a ritmo de “She’s Not Me”, mismo que fue aderezado con un ardiente beso entre la cantante y la bailarina que representaba la etapa de novia. “Music” por otro lado, prendió al Foro mientras “La Reina del Pop” coordinaba a sus 18 bailarines. La interpretación de “Rain” al estilo árabe con dos bailarines que simulaban danzas inspiradas en el Oriente Medio fue la parte más excéntrica; sin embargo, otra de las atracciones del concierto fueron los acompañantes virtuales (Pharrell Williams, Kanye West, Britney Spears y Justin Timberlake), plasmados a lo largo de 6 pantallas formando parte de un acompañamiento escenográfico.

Gypsy fue la tercera etapa donde el repertorio fue “Candy Shop”, mezclado con la base rítmica del ya conocido “4 Minutes”. Con “You Must Love Me”, Madonna expresó su alegría por regresar a México después de 15 años. Con "Spanish Lesson", se presentó acompañada de un bailaor de flamenco; "La Isla Bonita", interpretada con más ritmo que la original se presentó con un aire agitanado, gracias a las notas de los violines, acordeones y guitarras.

La Cuarta Etapa fue Rave, donde al final de la presentación, la diva preguntó al público ¿qué canción querían escuchar? y la elegida fue “Sorry”. El público celebró la elección y bailó eufórico para la reina. La mecha siguió prendida hasta el final con "Like A Prayer", "Ray Of Light", "Hung Up" y "Give It To me", que cerró con la noche de un excelente espectáculo en su máxima expresión.